Combustibles alternativos : ¿Cuáles son los obstáculos?
- 11/10/22
- 3 min
El transporte de Mercancías está directamente afectado por las restricciones de tráfico medioambientales con el objetivo de reducir la contaminación del aire. Muy pronto el diésel ya no será el principal combustible en el sector. Sin embargo, los combustibles alternativos no siempre ofrecen todas las soluciones a todas las necesidades. Veamos más atentamente este tema.
Estamos buscando la manera de reducir la contaminación producida por el transporte por carretera desde mucho antes del COVID19. Sin embargo, la caída de emisiones de CO2 derivada directamente de la reducción de la actividad humada a causa del confinamiento, muestra la pertinencia de las políticas medioambientales. Desde finales de los 90 y la entrada en vigor de los estándares Europeos, el contexto legal y regulatorio Europeo ha estado creando condiciones para la reducción significativa de la contaminación.
“El standard EURO-6d es un gran paso adelante en el progreso medioambiental, explica Olivier Dutrech, Director de Innovación, las condiciones existen para animar a los fabricantes a adaptar sus gamas y a las empresas a reconsiderar su estrategia de movilidad”. Además, la creación de 250 Zonas de Baja Emisión en Europa (LEZ – Low Emission Zones) afecta al sector del transporte de mercancías, que se enfrenta a limitaciones cada vez mayores vinculadas a las restricciones del tráfico.
Fortalezas y debilidades…
El creciente número de combustibles disponibles en el mercado complica la decisión al hacer malabares con las limitaciones ambientales, las consideraciones presupuestarias y la productividad de la flota.
No obstante, la opción del biofuel está surgiendo verdaderamente. “Los biocombustibles son muy interesantes porque ya no dependen de energías fósiles refinadas, sino de componentes renovables. Pero todavía no están disponibles para todo tipo de vehículos», analiza Olivier Dutrech. GLP (Gas Licuado del Petróleo) es una alternativa que se ha vuelto relativamente popular. “Su uso no se recomienda en Europa debido al hecho de que el mantenimiento es complejo y costoso, y que hay restricciones en su uso subterráneo, pero no es necesariamente el caso en el resto del mundo”. Los motores eléctricos son populares, incluso si su autonomía limitada significa que tienden a ser utilizados sólo en casos específicos como la entrega de última milla.
«Sus ventajas de silenciosidad y cero emisiones se ven atenuadas por las dificultades de recargarlos y las inversiones necesarias para instalar puntos de carga para la empresa», señala Olivier Dutrech. Los vehículos híbridos son una buena solución porque combinan las ventajas de los motores eléctricos con la versatilidad de los motores de combustión interna.
«Sin embargo, para sacarles el máximo provecho, tenemos que enseñar a los usuarios cómo adaptar la forma de conducir para maximizar el uso del motor eléctrico».
Repostaje: un aspecto clave
Los motores de hidrógeno y gas comparten la misma debilidad: la escasez de estaciones de repostaje para vehículos. Los costes de producción de hidrógeno siguen siendo altos (incluso desde la perspectiva medioambiental), «pero cuando el canal se estructure, esta alternativa será una solución muy buena», considera Olivier Dutrech.
«Pero los conductores de vehículos que funcionan con gas o biogás tendrán que recibir una formación específica, añade Olivier Dutrech porque las malas prácticas pueden reducir su autonomía». Por el momento, no existe una solución universal. «La única constante a escala mundial, concluye Olivier Dutrech, es la tendencia creciente de repensar la movilidad para hacerla más virtuosa para el medio ambiente».