Entregas nocturnas: ¿Cómo gestionar la contaminación acústica?
- 16/05/23
- 4 min
Ahora la norma de las entregas nocturnas para los minimercados urbanos y los negocios de alimentos, liberan las calles durante el día. Conducir durante la noche con poco tráfico ayuda a reducir la contaminación de las emisiones, pero en estas horas más tranquilas entonces la contaminación acústica se vuelve más notable. Hay varias medidas que pueden reducir esta contaminación acústica.

La contaminación acústica, un obstáculo a superar
La entrega nocturna es a veces un requisito reglamentario local para resolver las dificultades de estacionamiento diurno y de tráfico. Aunque esto debe hacerse lo más silenciosamente posible, no siempre es fácil limitar la posible contaminación acústica que puede causar. Principalmente los ruidos relacionados con la conducción, el motor, y los efectos aerodinámicos, sus impactos sobre la calidad de vida son negativos y numerosos. Desde 1999, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estado sensibilizando sobre el impacto del ruido en el sueño y la salud en general. Se recomienda un límite de exposición al ruido nocturno de 40dB, basado en 8 horas de exposición; un umbral que es difícil de respetar dado que una calle con tráfico puede llegar rápidamente a 80dB. El problema es tal que el Parlamento Europeo intervino con la Directiva 2002/49/CE relativa a la evaluación y gestión del ruido ambiental.
¿Exactamente de qué sonidos estamos hablando?
Al referirnos a los ruidos nocturnos producidos por los vehículos durante la entrega, podemos identificar dos tipos esenciales.
Cuando el vehículo está en movimiento, su ruido proviene de tres fuentes: ruido de carretera, el motor y efectos aerodinámicos. Esto último se puede ignorar dado que las velocidades de conducción se reducen en las zonas urbanas. Por otra parte, el ruido de conducción no puede obviarse. Éste aumenta con la velocidad, especialmente en adoquines. Mientras que el ruido del motor es audible incluso cuando está parado, a todo esto hay que añadirle el ruido creado por la unidad de refrigeración.
Durante la entrega real, son los ruidos causados por la manipulación los que pueden ser los más molestos, como por ejemplo, la apertura de puertas de camiones, el levantamiento de ascensores de cola, y el movimiento de carros o transpalets, que producen golpes y ruidos de rejilla cuando se empujan a lo largo de las rampas metálicas desmontables utilizadas para cruzar escalones y pavimentos, etc. Dado que cada ruido tiene un origen identificable, puede tratarse consecuentemente.
Reducir el ruido
Afortunadamente, hay varios puntos con los que jugar para reducir el ruido. Para reducir la contaminación acústica de sus entregas, un transportista puede tomar medidas sobre su equipo y cómo se utiliza, pero también sobre la formación de su personal.
El ruido del motor depende del tipo de motor utilizado. El más silencioso es obviamente eléctrico, mientras que el gas natural (GNV) es más silencioso que el diésel. Hay que tener en cuenta que el fabricante DAF ofrece una versión silenciosa de sus camiones diésel con el fin de limitar el ruido en las zonas urbanas.
El ruido en la manipulación depende en parte del mantenimiento del equipo. Una plataforma chirriará si no se le ha realizado el mantenimiento adecuado. El suelo del camión y la plataforma pueden cubrirse con superficies que absorben el sonido. Los carros y transpalets también se pueden equipar con ruedas silenciosas.
La naturaleza de la mercancía obviamente juega un papel importante. No se puede esperar el mismo nivel de ruido de una caja de botellas que de paquetes de algodón. Limitar deliberadamente la velocidad a 30 km/h entre entregas reduce significativamente el ruido de conducción. Por último, es crucial sensibilizar a los conductores.
Cabe señalar que los esfuerzos de un transportista por limitar el ruido deben ser valorados y resaltados por etiquetas como Piek. La etiqueta Piek garantiza que el equipo cumple con el umbral de ruido de 60 dB(A). Además de estas medidas que pueden adoptar los transportistas, las autoridades locales pueden reducir el ruido en las ciudades, o más bien absorberlo, aumentando los espacios verdes en el entorno urbano y utilizando hormigón asfáltico poroso para las superficies de las carreteras, lo que reduce considerablemente el ruido de las mismas. Por último, hay que tener en cuenta que muchas ciudades de Europa también establecen sus propios límites de ruido, que garantizan noches más tranquilas para los residentes.
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