Semirremolque: trabajar la aerodinámica para ser eficaz

«Revisar la aerodinámica de un semirremolque tiene su impacto en los consumos del vehículo y los costes de explotación, y por lo tanto, forzosamente en el coste total del transporte». Olivier Dutrech, Director de innovación y de Fraikin Business Solutions.

Puesto que un vehículo que se desplaza en el aire deja inevitablemente una estela, esta resistencia requiere un mayor consumo de combustible, por lo que es preciso trabajar su aerodinámica para ser eficaz. Para saber cuál es el coeficiente aerodinámico de un semirremolque, hay que calcular su coeficiente Cx y multiplicarlo por el tamaño de la superficie del vehículo que penetra en el aire. Una vez determinado el coeficiente de un semirremolque, este puede mejorarse con el fin de reducirlo.

«Para los trayectos de larga distancia, es conveniente colocar alerones –flaps– en el extremo del semirremolque, en las puertas, en la parte trasera de la caja y en los laterales por medio de un faldón lateral aerodinámico. Esta solución con alerones tiene verdadero potencial, ya que los costes en cuanto a instalación son reducidos y los impactos en el consumo de carburante son beneficiosos a muy corto plazo. Para medir el impacto de estos dispositivos, trabajamos sobre el terreno haciendo recorridos con y sin alerones, en las mismas condiciones de conducción y meteorológicas, para poder notar las diferencias. ¡Nuestras pruebas a escala real demuestran que el consumo de combustible, con alerones, se reduce en un 3 a 4 %!», explica Olivier Dutrech.

El coeficiente de arrastre, cuyo símbolo es Cₓ, CA o CD, forma parte de la familia de los coeficientes aerodinámicos. Es un número adimensional utilizado para cuantificar el arrastre o la resistencia de un objeto en un fluido, como el aire o el agua.

Al tener que confrontar cada innovación con la normativa vigente, Olivier Couderc, Responsable de productos y servicios en Fraikin, matiza: «Todo debe estudiarse, ya que al aumentar la longitud del semirremolque, particularmente con los flaps, nos damos cuenta de que eso aumenta la longitud del vehículo». En efecto, a pesar de una reciente evolución, la normativa relacionada con las dimensiones de los vehículos es estricta y debe respetarse.

Para limitar la creación de remolinos de aire que se originan a la altura de las ruedas del semirremolque, también se pueden colocar unos «faldones» que cubran los costados del semirremolque. Un carenado que va a impactar inmediatamente de forma positiva en la aerodinámica del semirremolque.

La propia forma de la caja puede trabajarse para que los flujos de aire vayan mejor dirigidos, reduciendo así el arrastre de aire. Hablamos de una forma de gota de agua, en la parte delantera del semirremolque. «El aire es guiado por la forma redondeada de la parte delantera del semirremolque y sigue la forma perfilada de la carrocería. Es preciso tratar de conservar el mismo volumen útil que en un semirremolque digamos «normal», procurando que la parte «delantera» sea más voluminosa que la parte «trasera» para mantener este volumen necesario», añade Olivier Courderc.

Carrocería: reducir el peso del semirremolque para un consumo optimizado y garantizar un aislamiento perfecto

La aerodinámica de un semirremolque pasa también por la reducción del peso de la caja y, por lo tanto, por la innovación de su carrocería. Dos metas principales: aligerar la caja para que la cabeza tractora ahorre combustible, pero también mantener la temperatura interior de los semirremolques frigoríficos.

El coeficiente de aislamiento «K», que expresa la relación de gestión de temperaturas, es fundamental en los semirremolques frigoríficos. Cuanto mejor sea el coeficiente K, menos energía consumirá la unidad de refrigeración que alimenta la caja.

Olivier Dutrech nos explica cómo trabajan los carroceros asociados de Fraikin, como la empresa Chereau, en la tecnología de las paredes de la caja: «La nueva generación de carrocerías destaca por una técnica de aislamiento por vacío que permite obtener un coeficiente muy bueno, pero también mejores resultados en materia medioambiental. Esta técnica es revolucionaria porque permite simultáneamente obtener un excelente coeficiente K y reducir el espesor de las paredes, ganando así en carga útil. Efectivamente, las técnicas tradicionales que se basan en la superposición de capas de diferentes materiales para conservar la temperatura generan, de hecho, mucho más volumen dentro de las propias paredes de la caja».

El grupo Chereau explica así mismo que el color externo de las paredes tiene un gran papel que desempeñar: «La radiación tiene un efecto de calentamiento en las carrocerías expuestas al sol, lo que genera un consumo excesivo del grupo frigorífico. Para limitar el efecto de esta radiación, el color base de la carrocería es el blanco brillante, lo que le confiere un excelente poder reflectante. Recomendamos no aplicar ningún revestimiento oscuro sobre la carrocería para no alterar sus prestaciones».